Abogado argentino pierde los estribos durante un juicio: “¿de qué se ríen, hijos de p…?”
De la manera más cobarde, un grupo de 10 jóvenes, jugadores de rugby, mataron a golpes y patadas a un adolescente de 18 años, en enero de 2020, en la ciudad balnearia de Villa Gesell, en Buenos Aires, Argentina.
Fernando Báez Sosa era hijo único. Sus padres, un matrimonio de trabajadores muy humilde, piden justicia para su hijo, que fue víctima de un grupo de “salvajes cobardes”, como los llamó su abogado, el Dr. Fernando Burlando, además de increparlos duramente, cuando advirtió que en medio del juicio los acusados se reían. “¿De qué se ríen, hijos de p…?”

La pelea.
Esa noche, los 10 amigos, hijos de familias pudientes y jugadores de rugby, fueron a bailar a una discoteca de esa ciudad, llamada “Le Brique”. En el mismo lugar, coincidieron con Fernando y su grupo de amigos. No queda claro el origen de la discusión, pero tanto a unos como a otros, los hicieron salir del lugar, ya que habían protagonizado un altercado.
Para Fernando y sus amigos, todo había terminado allí, pero el grupo de rugbiers creyó que la pelea recién empezaba y cuando ya todos estuvieron fuera, se acercaron a Fernando y comenzaron a golpearlo de manera feroz. ¡Y ellos mismos lo filmaron!
Nadie podía detenerlos. Los amigos de Fernando que intentaban ayudar, no se podían acercar. Los jóvenes realizaron un círculo en el que, mientras unos pegaban, otros cuidaban que nadie se acercara. Así se fueron turnando para pegarle, hasta que Fernando quedó inconsciente.
Pero como la impunidad con la que se manejan estos asesinos no tiene límites, después de matar a Fernando, se fueron todos juntos a cenar, sin ningún tipo de remordimiento.

Los testigos.
Fueron varios los testigos que presenciaron lo sucedido. Los jóvenes fueron detenidos y hace pocos días comenzó el juicio.
Los primeros en declarar, fueron los integrantes de la seguridad de la discoteca, que relataron lo difícil que les resultó retirar a uno de los agresores, porque se resistía con todas sus fuerzas.
Una vez que estuvo afuera, vieron cómo cruzó la calle y fue directamente a increpar a Fernando. Allí mismo comenzó la golpiza y relató con crudeza lo que vio. “Fue una emboscada. Lo atacaron con saña. Nunca vi algo igual”, contó.
Otra joven que estuvo en el lugar y que trató de asistir a Fernando cuando lo dejaron tirado en la calle, también declaró como testigo.
Virginia Pérez quiso ayudarlo y mientras hacía las maniobras de RCP, le decía: “quédate conmigo, por favor”. Le rogaba a Fernando que no se muriera, que se mantuviera consciente; pero nada pudo hacer por él. Escuchar lo que contó, fue emocionante y escalofriante.

Culpar a otro.
Como si todo esto fuera poco, los asesinos de Fernando intentaron culpar a otro joven por el crimen.
Pablo Ventura también declaró como testigo. Cuando la policía los detuvo, uno de ellos lo señaló como el autor del hecho. Aparentemente, alguna vez tuvieron un problema y a modo de venganza, intentaron inculparlo.
“Varias veces a la salida del boliche los he visto pelear en grupo (a los acusados). Siempre en mayoría”, dijo Pablo.
Pablo Ventura estuvo detenido 3 días, siendo inocente, hasta que se demostró que ni siquiera estaba en Villa Gesell ese 18 de enero. Ese mismo día, había salido a cenar con sus padres y su hermana y eso quedó registrado en las cámaras de seguridad del restaurante.

Pacto de silencio
¿Existe un pacto de silencio? No se sabe. En los teléfonos celulares que recuperó la policía, se encontró la filmación del crimen de Fernando. De los 10 que formaban el grupo, 8 están detenidos y serán enjuiciados, otros dos, están en libertad.
Hasta el momento, todos se mantienen unidos y ninguno quiso contar lo sucedido. De hecho, todos tienen el mismo abogado y se dice que existe un pacto de silencio entre ellos en el que acordaron defenderse mutuamente.
Es cierto que algunos tienen más responsabilidad que otros y, en ese caso, las penas serían diferentes; sin embargo, hasta ahora ninguno explicó qué grado de participación tuvo en el asesinato de Fernando. La pregunta es… ¿cuánto tiempo más durará el pacto de silencio?
